Blogg Nicolás

viernes, 31 de agosto de 2012

Video Inédito Iglesia de la Basílica Darío Navarrete Octavo Diseño Gráfico Universidad Metropolitana





sábado, 21 de julio de 2012

IGLESIA LA COMPAÑÍA

File:Iglesia de La Compañía.jpg




Dirección
La iglesia de la Compañía de Jesús se encuentra en las calles García Moreno y Sucre.

Fecha de Construcción

La Iglesia de la Compañía inició su construcción en 1605 demoró 160 años en ser edificada. Para 1765 el templo finalizó la obra con la construcción de la fachada. Esta fue hecha por indígenas que cuidadosamente plasmaron el estilo barroco en uno de los ejemplos más completos del arte en América.

File:LA COMPAÑIA.JPG

Descripción

Para 1.767 la iglesia fue cerrada a causa de la expulsión de los jesuitas del Ecuador. Cuarenta años más tarde, en 1.807, fue reabierta por el fraile chileno Camilo Enríquez.

La fachada del templo es una de las maravillas del barroco y plateresco americanos. Flanquean la puerta principal seis columnas salomónicas fastuosas, integradas por primera vez al movimiento arquitectónico en el arte americano y las puertas laterales, pilastras de estilo romano corintio. 


La cornisa, que corre ceñida a los cordones de la fachada, sobre la puerta principal se convierte en arco, que aloja a la Inmaculada, guardada por ángeles y querubines.
Esta iglesia fue inspirada en la Iglesia Gesú de Roma. Las columnas son una copia de las hechas por Bernini en el Vaticano. El interior cuenta con bellísimos retablos y púlpitos cubiertos con pan de oro.

File:Quito Centro Histórico.JPG


Atractivos
• En el interior de la iglesia se pueden apreciar hermosas imágenes de la escuela quiteña.
• Las pinturas de los profetas que se hallan en las columnas de la nave central se las atribuyen al ilustre

Goríbar.
• También en esta iglesia se hallan los restos de la primera Santa ecuatoriana, Mariana de Jesús.
• A la vuelta de la iglesia se pasa lo que fue el famoso Colegio Mayor de los Jesuitas.



Leyendas
La Historia de Caspicara

Los sacerdotes de la Compañía de Jesús no podían creerlo. Manuel Chili, el pequeño niño indígena que se colgaba y correteaba por los andamios y pasadizos de la iglesia mayor de los jesuitas en Quito de pronto se había convertido en un gran artista.
Sorprendidos por la habilidad del joven, los jesuitas decidieron tomar a su cargo la educación y darle vivienda, comida y un poco de dinero ya que en ese entonces los artesanos no gozaban del mismo trato que los reconocidos como verdaderos artistas.
Además del apoyo, los padres de La Compañía pulieron las aptitudes de Manuel para que mejorara su técnica en la escultura y la pintura. Así nació el gran Caspicara, uno de los mayores exponentes de la Escuela Quiteña.
Manuel o Caspicara como empezaba a ser reconocido, trabajaba hasta 12 horas diarias siempre sobre andamios y cerca de bordes peligrosos. Este constante trabajo por lo alto le originó un intenso miedo a las alturas. Cuentan que debido a esta fobia, Caspicara permanecía varias horas en silencio y con los ojos cerrados y esto terminaba por enfurecer al capellán de la iglesia que creía equivocadamente que Manuel dormía en lugar de trabajar.
La fama de artista se extendió por todo el nuevo y viejo mundo. Sus obras comenzaron a valorarse en muchos pesos de oro y sus imágenes de santos, cristos y vírgenes decoraban iglesias de todo nuestro país y también de Colombia, Perú, Venezuela y España. Es tanta la belleza de las obras de Caspicara que no han faltado quienes además les han agregado propiedades milagrosas.
Actualmente es difícil poner un precio a las obras de Manuel Chili ya que, por un lado, superarían los varios millones de dólares, mientras que por otro, son invaluables en tanto que son patrimonio cultural del Ecuador.
Como sucede con muchos artistas, Caspicara muRío en la miseria más triste, abandonado en la soledad de un hospicio y despreciado por sus contemporáneos.



SOL DEL BANCO CENTRAL DEL ECUADOR


 

El primer sol de oro tiene proveniencia bastante bien conocida. En 1940, en un lugar llamado Chunucari, cerca de la ciudad de Sigsig, en los Andes meridionales de Ecuador, unos huaqueros descubrieron una pelota de oro estrujada. La vendieron, intocada, a un individuo local que compraba y vendía antigüedades, y este a su vez a Max Konanz, un coleccionista de Cuenca. En los meses siguientes, Konanz y su esposa abrieron laboriosamente la pelota que resultó ser la cara grande (ca. de 44 cm. de alto) de un sol de oro, martillado en el estilo provincial Huari-Pachacamac. Por algunos años, Konanz exhibió el sol en su museo privado, y luego vendió su colección al nuevo Museo del Banco Central del Ecuador. El sol de oro, posiblemente una de las piezas más espectaculares que se conocen de la antigua metalurgia ecuatoriana, se convirtió en el logotipo del Museo y del mismo Banco Central del Ecuador. Sin embargo, en algún momento de esta larga historia, la proveniencia fue cambiada en su ficha de registro de Chunucari a La Tolita, una cultura ubicada en la costa junto a la frontera con Colombia.


El sol de Quito mide 44 cm, tiene 46 rayos, éstos están distribuidos en manojos a cada lado de la cara y en un penacho encima. El sol Chunucari tiene en el pedúnculo del penacho un pequeño diseño de dos figuras de dragón en antítesis. Los rayos del sol terminan en cabezas de serpiente con cabezas de trofeos humanas en su boca, poseen una línea central repujada en zigzag del sol de Chunucari. Tienen la cara delineada en forma de una curiosa T y su boca tiene colmillos.




En otro dato, algunos estudios estilísticos y análisis físiconucleares, realizados por expertos internacionales y locales, permiten concluir que el Sol de oro que es la insignia del Banco Central del Ecuador proviene de la cultura La Tolita, que floreció en el Litoral norte del Ecuador y en la Costa del sur de Colombia, entre el 300 a.C. y 400 d.C.


Por último hay que agregar que no importa en donde apareció esta figura, lo importante es que es un símbolo que representa al país y en especial a lugar donde alguna vez se generó nuestro dinero. El Banco Central del Ecuador.